lunes, 23 de junio de 2008

Carta abierta a la militancia rentada



Escribo estas líneas, a partir de las lecturas, las palabras y las imágenes que vengo viendo y escuchando desde hace algunas semanas. El ataque, el descrédito, la burla y el insulto son las diversas formas en las que se dirige buena parte de la sociedad, cuando se habla de “ustedes”. Y hay algunas cosas que me preocupan.
Me preocupa esta glorificación de lo “espontáneo”, lo “autoconvocado”, lo “independiente” como sinónimo de neutralidad, de sinceridad y pureza ideológica. Creo sinceramente que nadie, “espontáneamente” adhiere a una causa, a una movilización, a dichos que no considera justos previamente. Aún cuando dicha causa, movilización, o dichos nos agarren por sorpresa, tenemos experiencias y discusiones anteriores que nos permiten adherir y ser parte de manera reflexiva. Y otra cosa, pasado un tiempo, lo espontáneo se organiza, se hace rutina, y empieza a convertirse en práctica. Si no hay una idea que permita seguir alimentando esa movilización, finalmente desaparece….Acordémonos de los cacerolazos del 2001, explosión espontánea devenida en Asambleas, que se fueron apagando simultáneamente a la resolución de algunos conflictos y el desgaste producido por las autoproclamadas vanguardias….
En este sentido, pareciera que militancia es sinónimo de clientelismo, de lavado de cerebro, y participar políticamente es algo feo, sucio, que daña a la casta sociedad "apolítica". No tienen en cuenta quienes sostienen este desprecio que la práctica militante es la que permite la discusión de las ideas, el tomar posición frente a las cosas de una manera pensada, organizarse y actuar para lograr que las cosas mejoren y tratar de que cambien (desde la calefacción de una escuela, hasta una ley, o el orden social que consideramos injusto) Cuando se milita, se pone la cabeza y el cuerpo en lo que hacemos, y no es tan fácil que nos engañen. Al menos tenemos un espacio donde discutir, argumentar, convencer y que nos convenzan. Y militar no es sólo una práctica partidaria. Podemos tener una actitud militante en cada acción de nuestra vida. Defender lo que sentimos justo y necesario.
Muchísima gente milita por puro convencimiento y voluntad, pero también hay quienes reciben una renta, una compensación por esto. Y no está mal, quienes dedican muchas horas de su vida a ésto, no pueden tener otra entrada. Claro también que algunos dejan de discutir, de oponerse a la dirección, porque están agarrados por la guita, y se convierten en títeres,.Sé tambén que hay quienes preferirían, por ejemplo, estar en la concentración de la vereda de enfrente, pero bueno, si le sacan una foto en la otra marcha, pierden el sueldo, entonces se muerden la rabia, putean en casa, y se ponen el disfraz que la dirección les manda….Pero hay también a quienes este “sueldo” los convierte en verdaderos militantes, capaces de poner el cuerpo en toda situación, y a cualquier precio. Recibir dinero no es ilegal (se podría discutir si es legítimo, pero ésta, en todo caso, es una duda de los intelectuales, lo mismo que la jactancia) Habría que distinguir también entre el choripán y el sueldo, o la guita que se entrega cuando se participa de alguna actividad fuera del lugar habitual de militancia (quién se podría bancar los viáticos por tres días fuera de casa, cuando se depende de un sueldo miserable para vivir….)
Bueno, muchachos, me voy despidiendo, y quédense tranquilos, sabemos qué es lo que hacen, y por qué. Entendemos que son un mal necesario, en última instancia, esta globalización, este supuesto fin de las ideologías nos afecta a todos, y si para mantener viva la ideología, recibimos unos manguitos a cambio….Pero acuérdense que hay límites. Y que la gente no es tonta. La espontaneidad pasa, la olla se calla, y las direcciones se aggiornan, y eso que ayer defendieron con uñas y dientes se convierte rápidamente en enemigo. Pero en la foto, defendiendo y justificando,quedaron ustedes (no ellos).
No los voy a nombrar a todos, porque son muchos (muchísimos) y voy a ser injusta también, porque mezclo sueldo, sobresueldo y choripán, pero son los riesgos de la memoria: Magdalena, Longobardi, Tenembaum, Castro, Lanata, Morales Solá, noteros y periodistas de TN, Canal 26, 13, Clarín, Radio 10 y la lista sigue……

jueves, 12 de junio de 2008

A propósito de la "directiva Retorno"

Nada que agregar....

Hasta finales de la Segunda guerra mundial, Europa fue un continente de emigrantes. Decenas de millones de Europeos partieron a las Américas para colonizar, escapar de las hambrunas, las crisis financieras, las guerras o de los totalitarismos europeos y de la persecución a minorías étnicas.
Hoy, estoy siguiendo con preocupación el proceso de la llamada directiva retorno". El texto,validado el pasado 5 de junio por los ministros del Interior de los 27 países de la Unión Europea, tiene que ser votado el 18 de junio en el Parlamento europeo. Siento que endurece de manera drástica las condiciones de detención y expulsión a los migrantes indocumentados, cualquiera sea su tiempo de permanencia en los países europeos, su situación laboral, sus lazos familiares, su voluntad y sus logros de integración.
A los países de América Latina y Norteamérica llegaron los Europeos, masivamente, sin visas ni condiciones impuestas por las autoridades. Fueron siempre bienvenidos, y lo siguen siendo, en nuestros países del continente americano, que absorbieron entonces la miseria económica
europea y sus crisis políticas. Vinieron a nuestro continente a explotar riquezas y a transferirlas a Europa, con un altísimo costo para las poblaciones originales de América. Como en el caso de nuestro Cerro Rico de Potosí y sus fabulosas minas de plata que permitieron dar masa monetaria al continente europeo desde el siglo XVI hasta el XIX. Las personas, los bienes y los derechos de los migrantes europeos siempre fueron respetados.
Hoy, la Unión Europea es el principal destino de los migrantes del mundo lo cual es consecuencia de su positiva imagen de espacio de prosperidad y de libertades públicas. La inmensa mayoría de los migrantes vienen a la UE para contribuir a esta prosperidad, no para aprovecharse de ella.
Ocupan los empleos de obras públicas, construcción, en los servicios a la persona y hospitales, que no pueden o no quieren ocupar los Europeos. Contribuyen al dinamismo demográfico del continente europeo, a mantener la relación entre activos e inactivos que vuelve posible sus generosos sistemas de seguridad social y dinamizan el mercado interno y la cohesión social. Los migrantes ofrecen una solución a los problemas demográficos y financieros de la UE.
Para nosotros, nuestros emigrantes representan la ayuda al desarrollo que los Europeos no nos dan – ya que pocos países alcanzan realmente el mínimo objetivo del 0,7% de su PIB en la ayuda al desarrollo. América Latina recibió, en 2006, 68.000 millones de dólares de remesas, o sea más que el total de las inversiones extranjeras en nuestros países. A nivel mundial alcanzan 300.000 millones de dólares, que superan a los 104.000 millones otorgados por concepto de ayuda al desarrollo. Mi propio país, Bolivia, recibió más del 10% del PIB en remesas (1.100 millones de dólares) o un tercio de nuestras exportaciones anuales de gas natural.
Es decir que los flujos de migración son benéficos tanto para los Europeos y de manera marginal para nosotros del Tercer Mundo ya que también perdemos a contingentes que suman millones de nuestra mano de obra calificada, en la que de una manera u otra nuestros Estados, aunque pobres, han invertido recursos humanos y financieros.
Lamentablemente, el proyecto de "directiva retorno" complica terriblemente esta realidad. Si concebimos que cada Estado o grupo de Estados puede definir sus políticas migratorias en toda soberanía, no podemos aceptar que los derechos fundamentales de las personas sean denegados a nuestros compatriotas y hermanos latinoamericanos. La "directiva retorno" preve la posibilidad de un encarcelamiento de los migrantes indocumentados hasta 18 meses antes de su expulsión – o "alejamiento", según el término de la directiva. ¡18 meses ! ¡ Sin juicio ni justicia ! Tal como está hoy el proyecto de texto de la directiva viola claramante los artículos 2, 3, 5, 6, 7, 8 y 9 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. En particular el artículo 13 de la Declaración reza:
“1. Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
2. Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.”
Y, lo peor de todo, existe la posibilidad de encarcelar a madres de familia y menores de edad, sin tomar en cuenta su situación familiar o escolar, en estos centros de internamientos donde sabemos ocurren depresiones, huelgas de hambre, suicidios. ¿Cómo podemos aceptar sin reaccionar que sean concentrados en campos compatriotas y hermanos latinoamericanos indocumentados, de los cuales la inmensa mayoría lleva años trabajando e integrándose ? ¿De qué lado está hoy el deber
de ingerencia humanitaria ? ¿Dónde está la “libertad de circular”, la protección contra encarcelamientos arbitrarios ?
Paralelamente, la Unión Europea trata de convencer a la Comunidad Andina de las Naciones (Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú) de firmar un "Acuerdo de Asociación" que incluye en su tercer pilar un Tratado de Libre Comercio, de misma naturaleza y contenido que los que imponen los Estados Unidos. Estamos bajo intensa presión de la Comisión Europea para aceptar condiciones de profunda liberalización para el comercio, los servicios financieros, propiedad intelectual o nuestros servicios públicos. Además a título de la “protección jurídica” se nos presiona por el proceso de nacionalización del agua, el gas y telecomunicaciones realizados en el Día Mundial de los Trabajadores. Pregunto, en ese caso ¿dónde está la “seguridad jurídica” para nuestras mujeres, adolescentes, niños y trabajadores que buscan mejores horizontes en Europa?
Promover la libertad de circulación de mercancías y finanzas, mientras en frente vemos encarcelamiento sin juicio para nuestros hermanos que trataron de circular libremente... Eso es negar los fundamentos de la libertad y de los derechos democráticos.
Bajo estas condiciones, de aprobarse esta "directiva retorno", estaríamos en la imposibilidad ética de profundizar las negociaciones con la Unión Europea, y nos reservamos del derecho de normar con los ciudadanos europeos las mismas obligaciones de visa que nos imponen a los Bolivianos desde el primero de abril de 2007, según el principio diplomático de reciprocidad. No lo hemos ejercido hasta ahora, justamente por esperar buenas señales de la UE.
El mundo, sus continentes, sus océanos y sus polos conocen importantes dificultades globales : el calentamiento global, la contaminación, la desaparición lenta pero segura de recursos energéticos y biodiversidad mientras aumenta el hambre y la pobreza en todos los países, fragilizando nuestras sociedades. Hacer de los migrantes, que sean documentados o no, los chivos expiatorios de estos problemas globales, no es ninguna solución. No corresponde a ninguna realidad. Los problemas de cohesión social que sufre Europa no son culpa de los migrantes, sino el resultado del modelo de desarrollo impuesto por el Norte, que destruye el planeta y desmiembra las sociedades de los hombres.
A nombre del pueblo de Bolivia, de todos mis hermanos del continente y regiones del mundo como el Maghreb y los países de Africa, hago un llamado a la conciencia de los líderes y diputados europeos, de los pueblos, ciudadanos y activistas de Europa, para que no se apruebe el texto de la "directiva retorno". Tal cual la conocemos hoy, es una directiva de la vergüenza. Llamo también a la Unión Europea a elaborar, en los próximos meses, una política migratoria respetuosa de los
derechos humanos, que permita mantener este dinamismo provechoso para ambos continentes y que repare de una vez por todas la tremenda deuda histórica, económica y ecológica que tienen
los países de Europa con gran parte del Tercer Mundo, que cierre de una vez las venas todavía abiertas de América latina. No pueden fallar hoy en sus “políticas de integración” como han fracasado con su supuesta “misión civilizatoria” del tiempo de las colonias.
Reciban todos ustedes, autoridades, europarlamentarios, compañeras y compañeros saludos fraternales desde Bolivia. Y en particular nuestra solidaridad a todos los “clandestinos”.

Evo Morales Ayma
Presidente de la República de Bolivia

martes, 10 de junio de 2008

una de cal y una de arena

El cielo no pudo esperar...

tampoco el infierrrrrno