Una ménage à trois entre cualquiercosas cotidianas, sinsabores y sinsentidos
de la política que nos ¿merecemos? y cuestiones recontra erudictas, che! (¿es erudictas o erudiptas?)
Ya no le es suficiente una galería de arte, ni un centro cultural.
La cosa viene pesutti pesutti, y se manda la segunda muestra del año .dónde? En un local de la Kámpera! Cómo seguimos, amigo Fer? La próxima será en la Cañonera Paraguaya, eh?
Yo te aviso. Hay que ir este viernes. La muestra va a estar en llamas. Si no vas, es porque sos amigo de Cobos. Chaus
Ahora sí, los niños de España estarán protegidos si sus padres no cumplen con sus obligaciones, el Gran Tutor, Mariano los defenderá de los poderosos, de los extranjeros (siempre que no sean alemanes, a esos les tiene miedo) y hará de España un reino de amor y paz…
Esta era parte de la campaña de Mariano, no?
Y éste, su programa de gobierno (siempre hacemos lo que decimos que no haremos, joder!)
LLAMO AL TORO DE ESPAÑA
Alza, toro de España: levántate, despierta. Despiértate del todo, toro de negra espuma, que respiras la luz y rezumas la sombra, y concentras los mares bajo tu piel cerrada.
Despiértate.
Despiértate del todo, que te veo dormido, un pedazo del pecho y otro de la cabeza: que aún no te has despertado como despierta un toro cuando se le acomete con traiciones lobunas.
Levántate.
Resopla tu poder, despliega tu esqueleto, enarbola tu frente con las rotundas hachas, con las dos herramientas de asustar a los astros, de amenazar al cielo con astas de tragedia.
Esgrímete.
Toro en la primavera más toro que otras veces, en España más toro, toro, que en otras partes. Más cálido que nunca, más volcánico, toro, que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.
Desencadénate.
Desencadena el raudo corazón que te orienta por las plazas de España, sobre su astral arena. A desollarte vivo vienen lobos y águilas que han envidiado siempre tu hermosura de pueblo.
Yérguete.
No te van a castrar: no dejarás que llegue hasta tus atributos de varón abundante esa mano felina que pretende arrancártelos de cuajo, impunemente: pataléalos, toro.
Víbrate.
No te van a absorber la sangre de riqueza, no te arrebatarán los ojos minerales. La piel donde recoge resplandor el lucero no arrancarán del toro de torrencial mercurio.
Revuélvete.
Es como si quisieran arrancar la piel al sol, al torrente la espuma con uña y picotazo. No te van a castrar, poder tan masculino que fecundas la piedra; no te van a castrar.
Truénate.
No retrocede el toro: no da un paso hacia atrás si no es para escarbar sangre y furia en la arena, unir todas sus fuerzas, y desde las pezuñas abalanzarse luego con decisión de rayo.
Abalánzate.
Gran toro que en el bronce y en la piedra has mamado, y en el granito fiero paciste la fiereza: revuélvete en el alma de todos los que han visto la luz primera en esta península ultrajada.
Revuélvete.
Partido en dos pedazos, este toro de siglos, este toro que dentro de nosotros habita: partido en dos mitades, con una mataría y con la otra mitad moriría luchando.
Atorbellínate.
De la airada cabeza que fortalece el mundo, del cuello como un bloque de titanes en marcha, brotará la victoria como un ancho bramido que hará sangrar al mármol y sonar a la arena.
Sálvate.
Despierta, toro: esgrime, desencadena, víbrate. Levanta, toro: truena, toro, abalánzate. Atorbellínate, toro: revuélvete. Sálvate, denso toro de emoción y de España.
Cruzando ayer Plaza de Mayo, me detuve a mirar un espectáculo
que, por cotidiano, me había resultado imperceptible tantas veces…
A las 6 de la tarde, los granaderos arrían la bandera del mástil
de la Plaza, Una
ceremonia de solemne coreografía, con saludos y pasos marciales, que he mirado
miles de veces sin ver…Y sólo por curiosidad o hacer tiempo, en alguna oportunidad me detuve a prestar atención.
Pero ayer fue distinto.
Una treintena de personas estaban rodeando el mástil, siguiendo cada uno de los
movimientos con absoluta seriedad. Otros diez tomaban fotos, reían, caminaban
cruzando el pequeño grupo humano, pero cuando la bandera estuvo en manos del
granadero, alguien gritó ¡Viva la patria! Y todos, los solemnes, los sacafotos,
los que reían, gritaron ¡Viva! Alguien
se animó a un ¡Viva Cristina! Y fue respondido nuevamente por el todo el coro
con un fuerte ¡Viva!
Esto es nuevo. Sentir orgullo por la bandera es una sensación
bastante reciente. Cantar el himno con ganas también es nuevo. Desde las épocas
de escuela, (los primeros años, digamos) cantar el himno u homenajear a la
bandera había dejado de ser una cuestión importante. Es más, muchas veces he omitido
cantar el himno, sólo esperando que terminara. Me era ajeno. Era de otros, como
la bandera. No era “mi” bandera, esa bandera planchadita, planchadita,
planchadita,…Una bandera que concentraba todo lo que me molestaba, repudiaba,
me dolía. Una bandera y un himno de los que se habían apropiado de las
riquezas, de las vidas, de la alegría…
Reconquistar la alegría de pertenecer a este país, pisar el
suelo y sentirlo propio, y sentirse
parte de este presente y el futuro acá,
en este lugar del mundo, con esta gente, con esta bandera y este himno…. Tá bueno,
me gusta, me da energía.
No hay dudas que sentirse parte de algo colectivo da energía,
es el mejor anti-age. Pensaba esto hace
una semana, cuando murió Fanny Edelman. Para muchos, un nombre que no dice
nada. Murió una mujer centenaria. Pero esa mujer vivió sus 100 años abrazando
una causa (la humanidad explotada), una bandera (la roja), un himno (la Internacional). Esa mujer
que viajó a España para ser parte de las Brigadas Internacionales , conoció a lla Pasionaria, viajó a
Cuba a ponerse a disposicón de Fidel, que viajaba constantemente a Moscú hasta
que se le cayó el muro, se le abrió el piso y tuvo que empezar a repensar todo
de nuevo.
Por abrazar a la humanidad toda, no podía entender lo que pasaba en
la cuadra de su casa. Pero ya estaba muy
mayor para esa época, no es fácil sacarse de encima tantos años de pensar en
que las masas deberían ser comunistas, y que sólo un error histórico hizo que
abrazaran a Perón y Evita. ¿Las masas se equivocan? Debo estar poniéndome mayor, pero me veo
escribiendo sobre Fanny, sin los prejuicios que tuve mucho tiempo, con cierta
ternura y por qué no, cierta admiración,. sin juzgar su profundo gorilismo,
tratando de comprenderla . Siento lo mismo que sentía ella por La Internacional, me
sigue haciendo cosquillas la bandera roja, porque, a pesar de haber dejado la
militancia orgánica y las responsabilidades hace 20 años, sigo siendo una chica
de la FEDE. Ese
es mi origen, mi punto de partida, ese fue mi “formateo” y desde ahí, pensé,
actué, me comprometí toda mi vida. Aunque puteara a las fannys y los burócratas
del Partido, los errores cometidos, las agachadas y las traiciones. Soy parte de eso. Y desde ahí me comprometí
con este presente. Y desde ahí tarareo con alegría el himno, y me enrosco en la
bandera azul y blanca. Porque estoy con la humanidad explotada, con los
sometidos, con los pisotados me comprometo en mi país, mi ciudad, en mi barrio, en mi
trabajo diario, y con esta presidenta.