viernes, 7 de noviembre de 2008

De 1920

Hace unas semanas, la amiga y anfitriona Laura posteó la historia del militante belga Raymond Wilmart, que arribó a estas playas hacia 1872 para fortalecer la sección local de la Internacional. A Wilmart no le fue nada bien: en ese entonces, a nadie le interesaba demasiado el proletariado por estas tierras todavía precapitalistas, así que no le quedó otra salida que casarse con una dama de la alta sociedad cordobesa, asociarse al bufete de Aristóbulo del Valle y llenarse de plata, y terminó enseñando Derecho Romano en la UBA. En julio de 1925, ya setentón que no setentista, le tocó tomarle examen a un joven de Lincoln, que había sido militante conservador y recientemente se había hecho yrigoyenista. Derecho Romano fue la primera materia que rindió ese joven, que había preparado la materia a las apuradas, y Wilmart lo bochó. Arturo Jauretche la aprobaría recién en el llamado de diciembre.
En la UBA del alvearismo, Jauretche trabó relación con otros estudiantes como, por ejemplo, Homero Manzi, Gabriel del Mazo, José María Rosa, Roberto Noble (futuro fundador de Clarín y entonces ¡anarquista!) y Miguel Ángel Zavala Ortiz, futuro gorilazo radical, defensor de los bombardeos de la Plaza de Mayo del '55 y canciller de Illia, y que entonces era ¡trosco!
El cuerpo de profesores era el Quién es Quién del antiyrigoyenismo: estaba, por ejemplo, Leopoldo Melo, candidato derrotado por Yrigoyen en las presidenciales de 1928 y futuro Ministro del Interior del presidente Justo cuando se instauró la infame Sección Especial de la Policía Federal. Estaba Alfredo Palacios, quien, en los ratos libres que le dejaban sus innumerables conquistas femeninas, brindaba unas floridas e inolvidables clases magistrales sobre materias de las que ignoraba casi todo. (Palacios sería elegido senador en 1931, con la UCR proscripta, y en 1961, con el justicialismo proscripto. Un Maestro de la Juventud). Estaba Ramón Castillo, futuro vicepresidente electo en las elecciones fraudulentas de 1937 y presidente en ejercicio desde 1940 por enfermedad de Roberto Ortiz, y que enseñaba Derecho Minero. Estaba Francisco Oliver, ministro de Hacienda del presidente De La Plaza entre 1915 y 1916. Estaban también otros dos ministros de la Década Infame: Matías Sánchez Sorondo, que perdió su puesto por instaurar el modelo fascista en la provincia de Buenos Aires, y Carlos Saavedra Lamas, que ganó un Premio Nobel por apagar el incendio paraguayo – boliviano que habían avivado su presidente Justo y su colega Manuel Rodríguez.
Jauretche recuerda que los estudiantes yrigoyenistas eran clara minoría en esa época. Su militancia a favor del Peludo operaba como presunción de falta de inteligencia: casi, casi, eran parte de un aluvión zoológico.
Fuente: “Jauretche y su época”, de Norberto Galasso.

5 comentarios:

Laura dijo...

Cine, con ésto da lugar a que piensen que los marxistas (desde la misma época de Marx, eh?) son revolucionarios en la juventud y después.....
Un placer tenerlo en casa

Anónimo dijo...

Hola

¿Qué es lo que marca a la persona? ¿Su pensamiento juvenil o el que había adoptado 1 minuto antes de morir?

Buena cita.

Saludos

Anónimo dijo...

Laura, Wilmart era un europeo en América. ¿Te acordás del propio Marx elogiando el papel civilizador de los británicos en India? Para Fanon todavía faltaba bastante.
Darío: gracias. Con respeto a tu pregunta, un viejo chiste: un hincha de Boca siente la inminencia de la muerte, y pide una bandera de River. La familia se mira, extrañada, pero conmovida por la situación le hace caso. El moribundo se abraza a la bandera y dice: "muere uno de ellos".

Ulschmidt dijo...

Así hasta el Faraón sale marxista che!! Delen, delen, sufran los latigazos y construyanme la pirámide que hasta que no inventemos el capitalismo ustedes no van a estar en condiciones de rebelarse...

Anónimo dijo...

suena a Clemenceau no?

ayj