Leyendo ésto, me acordé de un amigo que se la pasa haciendo correlaciones. Le encanta contarme las nuevas relaciones que pudo establecer, y me invita a sacar conclusiones mezclando cosas que nada tienen que ver (en apariencia): Es una sana (mmmmmh……) manera de burlarnos de cierta sociología pedorra que te cuantifica hasta los suspiros en honor a la rigurosidad científica (que no es lo mismo afirmar: "tiene una frecuencia de 12 suspiros por hora", que decir: s"uspira mucho porque está enamorado/a", por favor!)
Así, pasamos varias tardes batateando acerca del mundo que nos rodea, y del que no nos rodea también. Como yo he viajado una millonésima parte de lo que viajó él, me sorprende proponiendo temas exóticos como: la relación entre la truchez de un estado y la complejidad en el diseño de la visa o de los billetes. En cuanto a los billetes, también se observa una relación desde el mismo indicador (complejidad/belleza del diseño) con el valor de cotización en el mercado internacional
También es posible sacar conclusiones, por supuesto, relacionando comportamientos/formas de expresarse con el continuum inteligencia/boludez
Ambos acordamos absolutamente, en un 100%, que al recibir un mail con “Querid@s Amig@”, éste debe ser inmediatamente eliminado. Nada que incluya @ en el texto merece ser leído. Es decir, la utilización de @ es indicador de boludez (o de un estado que tiende a ésta) Lo mismo sucede con el Amigas/amigos, señoras/señores, compañeras/compañeros. Bueno, ya está, en algún momento, tal vez, (está por verse), esa fue una manera de marcar la cancha, de plantarse frente a la diversidad de género, pero ya entendimos. Listo. No hace falta insistir. Hasta que no haya mujeres con menor sueldo, o golpeadas, o los hombres tengan licencia por paternidad, (por sólo nombrar algunos ejemplos), esto es una boludez. Definitivamente.
El uso del “mentendés?” está directamente ligado al grado de confusión o boludez de quien explica Cuantos más “mentendés?, menos claro o más mentiroso es lo que se dice. La misma correlación se produce en los textos académicos o con pretensiones, con la utilización de categorías de análisis. Explicame en castellano, mamaza!
Demostraciones de cariño hacia la pareja/ nombres pedorros que se utilizan para nombrarl@s está directamente relacionado con el largo del cuerno: No hace falta explicar.
Pero volviendo al principio de este post, y relacionando profesiones, se me ocurre pensar una correlación interesante, a partir de la lectura de ciertos trabajos de campo críticos (¿?) que analizan pequeñas poblaciones, en busca de particularidades, situaciones extravagantes, prácticas insólitas o en desuso en las grandes ciudades. En este sentido, me gustaría establecer algún tipo de correlación con la enorme presencia de ciertos profesionales: los psicólogos. He declarado públicamente mi total y absoluto ateísmo, no creo en dioses ni en psicólogos, por lo que, estoy absolutamente sola en la vida. Cagada que me mando, me la tengo que bancar solita, che! Por suerte cuento con numerosas amistades, con cierto grado de especialización, por lo que siempre hay un recurso disponible: Si estoy muy contenta, si estoy muy triste, si tengo penas, si tengo dudas, si no sé cómo cortarme el pelo, tengo a mano el teléfono de algún especialista, con el que sé que puedo contar (hay reciprocidad, afortunadamente). Hay también todólogas, esas amigas con las que charlo o discuto todo (o casi, siempre es necesario tener secretos, aún con uno mismo)
Me doy cuenta que estoy enredando mucho la cosa, ¿mentendés?, así que vuelvo al tema psicólogos. En ese trabajo, se destacaba que en ciertos pueblos alejados, no existían psicólogos, y la gente, los pobladores, declaraban desconocer su existencia, o lo que es peor, no necesitarlos….Chan!. A la vez, en alguna población, se destacaba la presencia de un cardador de colchones, un tipo que recorría los parajes ofreciendo su servicio para volver a esponjar el viejo colchón de lana. Digo yo, a nadie se le ocurrió pensar, que hay una correlación directa entre ambas profesiones! Que la irrupción de los psicólogos atentó contra la existencia de los cardadores de colchones? Alguien que tiene un colchón recién cardado, esponjoso, limpio de malos sueños, de lágrimas, de dolores, no necesita psicólogo. Porque seamos serios, los colchones de lana se aplastan por las penas y el dolor. Los nudos no son otra cosa que tristezas del corazón, que se meten en la fibra y se agazapan, ahí al borde del cotín, dispuestas a clavarse en medio de las costillas en mitad de la noche….
Por supuesto, esto no pasa con los colchones de espuma, ni de resortes. Son refractarios. Por eso hay tanto psicólogo también…..
8 comentarios:
Sí, sí. También aquí en España había cardadores de colchones de lana. Y era un arduo trabajo (quizá porque era después de la guerra civil y la gente tenía demasiadas penas insufribles), porque primero, con unos palos terribles, le daban una soberana paliza al colchón (Dios, que tiempos más leñeros) y era después de eso cuando, con mimo, vellón a vellón, lo iban estirando...y, pienso que le hablaban, aunque oir no se oía (seguro que le hablaban con los dedos), "mentendés, amig@?".
De una belleza tan linda, digo, lo que escribiste de los colchones de la lana.
Sutileza, como la de las parras cargadas de violetas uvas, sobre el mantel con vino y empanadas, tierna belleza.
Estoy de acuerdo con Ud. Laura. Es más, a pesar de la segura oposición de la APA, hay que proponer la vuelta a los colchones de lana.
María Jesús: qué cosas horribles deben haber escuchado esos cardadores....y sí, creo que los palazos previos deben haber sido para aquietar a las bestias agazapadas. Un abrazo, la amig@ peleona (he adoptado esa palabra, me encanta!)
Anónimo: cuando se dice un piropo, o algo tierno, no debería esconderse tras anteojos negros! A quién le agradezco ahora? Gracias por la imagen tan hermosa
René: Bueno, gracias, si ya tengo una firma, empiezo ahora mismo a armar un petitorio!
Que "Dolinero" este post, che!
Creí que estaba loca por buscar correlaciones entre los artistas y su producción; entre la carrera que eligen algunos y su CI jejej... Pero también me doy cuenta que son pequeñas trampas que nos tendemos a nosotros mismos: Caer en la tentación de la generalidad... por nuestra avidéz de encontrar sentido a este mundo y (por qué negarlo?) porque nuestra pereza mental así lo demanda y obedecemos gentilmente a ella. Hecho mi "mea culpa", confiezo que jamás he visto uno de esos colchones, ni al colchonero que los arregla... así que soy bicho de terapia jejeje!
Hermoso post!
Abrazo!
No hay historia en la Argentina. No hay archivos; sólo hay pintadas en las paredes y polémicas y lecciones en la escuela. A los escolares, enfundados en sus guardapolvos blancos, les llevan regularmente a visitar el edificio del Cabildo en la Plaza de Mayo, en Buenos Aires, para que vean las reliquias de la Guerra de la Independencia. El acontecimiento es glorioso; permanece aislado, no está relacionado, en los libros de texto o en la mente popular, con lo que vino inmediatamente después: la pérdida de la ley, el acoso de los enemigos, interminables guerras civiles, el gobierno de los gángsters.
Borgesme dijo otra tarde: «La historia de la Argentina es la historia de su distinción de España.» ¿ Cómo encajó Perón en eso? «Perón representaba las heces de la sociedad.» Pero, seguramente, también representaría algo que era argentino, ¿no? «Por desgracia, tengo que admitir que es argentino ... un argentino de hoy.» Borges es un criollo, alguien cuyos antepasados llegaron a la Argentina antes de la gran oleada de inmigrantes, antes de que el país se convirtiera en lo que es; y Borges sustituye la contemplación de la historia de su país por el culto a los antepasados. Al igual que muchos compatriotas suyos, tiene su propia idea de la Argentina; cualquier cosa que no encaje en ella debe rechazarse. y Borges es el hombre más grande de la Argentina.
Una actitud ante la historia, una actitud ante la tierra. La magia es importante en la Argentina; el país está lleno de brujas y magos y taumaturgos y médiums. Pero el visitante no debe hacer caso de esta cara de la vida argentina porque, según le dicen, no es real. El país está lleno de estancias; pero el visitante no debe ir a esa estancia concreta porque no es típica. Mas existe, funciona. Sí, pero no es real. Ni es real aquello, ni lo otro, ni lo de más allá. De esta forma, hablando, se elimina todo el país; y se encamina al visitante hacia el equivalente de una tienda de antigtiedades gauchas. No es la Argentina en la que habita cualquiera, mucho menos la de tus guías; pero esa es real, eso es la Argentina. «Básicamente, todos amamos al país», decía un angloargentino. «Pero nos gustaría que fuese a nuestra propia imagen. Y ahora muchos de nosotros sufrimos a causa de nuestras fantasías.» Una negativa colectiva a ver, a adaptarse al país: una sociedad colonial fragmentada, artificial, a la que sus mitos han hecho deficiente y falsa.
Ser argentino no era ser sudamericano. Era ser europeo; y muchos argentinos se hicieron europeos, de Europa. La tierra que constituía la fuente de su riqueza pasó a ser su base y nada más. Para estos argentinos-europeos, Buenos Aires y Mar del Plata se convirtieron en ciudades turísticas, con una vida estacional. Durante el período de entreguerras había en París una comunidad argentina estable de 100.000 personas; en aquel entonces, el peso era el peso.
«Mucha gente cree», dijo Borges, «que lo mejor que hubiese podido ocurrir aquí habría sido una victoria inglesa [en 1806-1807, cuando los británicos atacaron Buenos Aires en dos ocasiones]. Al mismo tiempo, me pregunto si ser una colonia hace algún bien ... tan provinciana y aburrida».
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