El tipo era dirigente del MTD de Solano, compàñero (de verdad, no de verso) de Maxi y Darío, y me cuenta que están tratando de reorganizar el movimiento, que están discutiendo el nombre, después de grandes despelotes, fragmentaciones atómicas, traiciones para paredón y otras cosas lindas que hacen lindo el querer construír algo.....
Retomamos charlas de hace 6 o 7 años, cuando le planteaba si no era un error autodenominarse "desocupados" porque éste nombre los cristalizaba, los dejaba en el lugar cuya identidad remitía a esa condición de no tener un empleo, por lo tanto disminuía su capacidad de accionar para generar proyectos productivos, que es lo que hacían con bastante éxito y toda la blableta que se me ocurría en esos tiempos (2002, 2003)
Bueno, el tema es que ayer me contaba que entre otras cosas, ahora estaban tratando de reorganizarse, discutiendo exactamente esta categoría/nombre de desocupados, que ya no los representa, que el movimiento debe mutar de acuerdo a las circunstancias del contexto, que la forma de organización es repensada, y que había estado charlando con Holloway (pavada de consulta, el pibe), "ese que a vos no te gusta" de todo ésto. Tomé el guante, y la chicana que me salió fue preguntarle si ya le habían encontrado el techo a la teoría (y sí, la mina es tan insolente que es capaz de chicanear a pesar de juntar, en toda su vida, el barro, los palos y la cana de un sólo mes de este hombre, pero nos conocemos, nos tenemos cariño, y no sé por qué todavía, nos respetamos mutuamente. La duda es por qué él me escucha, oviusly)
Y no, nunca me gustó Holloway, en plena efervescencia asamblearia, y su degeneración y disolución natural, cuando muchos leían Negri y Holloway, y encontraban ahí la posta, yo me había puesto más dura que mármol, y discutía este modelo asambleario, de construcción de poder por fuera del poder, de los autonomismos. No me cerraba. Me tiraban con zapatismo, y todo bien, pero para mí, si no hay disputa por el poder, qué querés que te diga....
Y parece que todavía siguen pensando en la cosa autonómica, de construcción y acumulación por fuera de las estructuras, de interpelación al gobierno (no al estado) , de demanda de mejores condiciones, créditos y subsidios para proyectos productivos, cooperativos.... Y ahora me cierra menos que antes. Supongo que en esos años, con un estado totalmente replegado, (pero no ausente, se ocupaba perfectamente de intervenir en cada una de las esferas, de decidir políticamente: quién flexibilizó a la mano de obra, desabasteció y pulverizó a la salud, educación pública fortaleció al sector privado si no? por nombrarte algunas cositas, no más y sin ir al contexto internacional....
Pero ahora, en momentos en que se disputa algo más que tener una changa, con crisis internacional, los monstruos que se caen, los estados interviniendo e inyectando morfina forte a los muertos, momentos en que todo está en discusión, y que se vislumbra contenido político nuevamente en las charlas de café... no sería necesario sacar una foto nueva del paisaje, y empezar a repensar qué es el poder, hasta dónde se puede (y quieren) seguir repartiendo, traccionar ahí donde es necesario, recuperar el empleo ,algo de la dignidad y los derechos perdidos, la productividad, los bienes que se rifaron? Digo, hablamos de capitalismo, no más. Después vamos por más, la disputa es a fondo, al menos para mí...
Pero sin esta base, la sensación es que el planteo es como la teoría del derrame pero al revés: la gota va permeando, va permeando, hasta que se colmata. Y entonces, ahí, cuando parece esponja mojada, disputás el poco poder que le queda a la esponja, y tenés el poder...Mmmmmm. Sabés cuantas gotas inundan el desierto del Sahara?
Tras la despedida, (sigue la mezcolanza!) me llega un correo con las novedades de una librería/editorial:
El risorgimento : Antonio Gramsci
Comentario:Gramsci, preso, piensa el poder. Su pensamiento cautivo está sesgado por la reflexión histórica, obsedido por la historia italiana sobre cuyo balance crítico constituirá su filosofía: la filosofía política del marxismo al que refunda sobre nuevas bases.
El Risorgimento es su estudio de caso, la tierra fértil de donde extrae, recortadas sobre la opacidad siniestra del presente –el auge de los autoritarismos de entreguerras- las nociones centrales que le permitirán capturar los momentos críticos y augúrales, aquellos donde la historia se salió de quicio y tomó rumbos liberadores.
Pues el Risorgimento fue para Gramsci –y para el pensamiento histórico y político italiano- el núcleo en el cual dio con el límite del rendimiento de las nociones clásicas del marxismo y que lo obligó a reformular –a inventar- ciertas categorías fundamentales.
Lo quiero! No lo leí...
La negación en el pensamiento popular Rodolfo Kusch
Comentario: Una nación es las palabras que la dicen, los textos que la interrogan, los silencios que la habitan, los hombres y mujeres que le dan sustancia. La obra de Gunther Rodolfo Kusch (1922-1979) marca una deriva personal que acompasa en sus inflexiones las vicisitudes del país. (...)
El libro un nexo –continuación y relevo- entre aquellos intentos y el que sería su último trabajo. Esbozo de una Antropología Filosófica Americana (1978), escrito poco antes de su temprana muerte a los 57 años, una vez producida su cesantía en las cátedras tras el golpe de Estado del ’76 y a poco de su radicación en Maimará, Jujuy. La negación en el pensamiento popular declara su intención política manifiesta en cada página. . Justificando su ademán alegórico Kusch dice en el prólogo que podría haber hablado de los escritos de Eva Perón, pero, a la manera de El mito gaucho astradiano, del cual es un nuevo avatar, eligió el Martín Fierro por ser “poema encarnado”, según admite.
En sus páginas una vez más Kusch se propone la legitimación del pensamiento popular en cotejo con la mentalidad reglada de occidente mediante la exégesis de los dichos del sabio puneño Anastasio Quiroga, atravesados de una suerte de panteísmo anclado en la metafísica del estar siendo. Tópico que, como es notorio para el filósofo, caracteriza nuestra posición propiamente americana, diferencial en relación al pensar del ser, de raíz grecolatina. La idea de una negación radical cercana a la epojé fenomenológica, ínsita en la estructura del pensamiento popular e indígena americano, guía el libro hacia los dilemas de la praxis política eminente. Como sus anteriores trabajos, del cual es prolongación elocuente, La negación en el pensamiento popular asume su carácter de filosofía práctica en la medida en que Kusch reflexiona desde la experiencia misma del diálogo, del contacto con un pensar soberano indígena, matriz de una futura antropología situada, liberada de la mirada colonial.
Tengo que releer a Kusch
La eficacia simbólica Religión y política : Pierre Bourdieu
Comentario: Todo la obra de Pierre Bourdieu (1930-2002) parece tener un trasfondo de conceptos religiosos, en la medida en que la construcción social de las creencias es un tema capital y estructurante de su sociología. Las nociones de habitus, sentido práctico, violencia simbólica, illusio, collusio, nomos, son modos de referirse a los procesos de reproducción y generación de creencias. El riguroso análisis que en estas páginas sobre la religión propone Bourdieu no oculta una ambición más amplia; en sus propias palabras: “Vale también, mutatis mutandis, para el Estado y los hombres de Estado, a fin de hacer evidentes las raíces de la ilusión tan funesta de que es suficiente con apoderarse de las «palancas de mandos» del «aparato de Estado» para cambiar profundamente las cosas y las disposiciones a través de las cuales se realiza eso que se llama el Estado”.
Lo tenía y lo perdí en un naufragio. Imprescindible
Viste que todo tiene que ver con todo? Ya sé de qué manera voy a hacer pelota la tarjeta que me acaban de entregar.Y sí, de burguesa que soy, y?
11 comentarios:
Laura
Por lo visto vivimos en un desencanto generalizado; políticos que fallaron, desilusiones nuestras, traiciones por todas partes. A mi me falta alguien o algo; alguna causa, aunque sea perdida, por la que jugármela. Me hubiera gustado vivir en los años 60's del siglo pasado para tener algo en qué creer.
Un abrazo
Ya que va a hacer pelota en libros a la tarjeta, le recomiendo "Guía del observador de nubes", publicación oficial de la Asociación de Apreciación de Nubes.
No encontrará nociones tan profundas como la de hegemonía gramsciana, claro, pero después de leerlo los estratocúmulos, los cirros y hasta la canción de Vox Dei "Es una nube, no hay duda", serán otra cosa para Ud.
Hola Marichuy. La verdad, es que en Argentina, estamos viviendo tiempos interesantes, hay una tímida recomposición de lo político, de la discusión política, que me parece importante. Lo que me planteaba es tratar de discutir algunas concepciones de lo político y el poder, que aparecen como progresistas o "de izquierda", y tratar de ver sus fortalezas y sus límites, y cual es el lugar que se proponen ocupar en este contexto tan particular, su relación con el gobierno y el estado...Sin demasiadas certezas,desde un lugar de habitante común de este país, me parece que estas posturas, que intentan cascotear desde afuera, asumen una actitud un poco infantil para mi gusto, y no pueden leer esta realidad que transitamos. Pero es mi percepción, no? tampoco tengo la bola de cristal, ni asumo una posición de "lo sé todo", sólo me lo pregunto...
Un abrazo
Hola René. Ya lo estoy agregando a la lista! me encantó ese libro, y ojalá pudiera pertenecer a esa sociedad! Ha dado usted con la persona indicá!
Sabe que hace un tiempito leí el "Fumifugium o la inconveniencia del aire y del humo diseminado de Londres" de John Evelyn de 1661. Una maravilla de la ecología incipiente que estoy segura que le debe gustar, y para seguir con las rarezas, (bah, se entiende a qué me refiero) justo me acaban de regalar "Viage Estático al mundo planetario en que se observan el mecanismo y los principales fenómenos del cielo,se indagan sus causas físicas y se demuestra la existencia de dios y sus admirables atributos" (ufff), de Lorenzo Hervás y Pandiuro, de 1793. Todavía no empecé, pero tiene una pinta!
Saludos y gracias por la recomendación
Me hizo pensar que discutir los nombres es plantearse de alguna manera los cambios, desde el lugar de la identidad, no? Digo: el qué somos quienes nos agrupamos y darse cuenta de que no son algo que ya existía... o algo para lo cual ya existía un nombre ¿me fui a la merda?
Lo del poder es más complicadito, me parece... y desde el capitalismo mismo (je), como vos decís, te preguntaría, dándole una vueltita de tuerca más: ¿se trata de recuperar el empleo? o mejor ¿es posible recuperar el pleno empleo a tiempo pleno? (por poner un tema) Hablando de libros interesantes, "Adiós al proletariado", de André Gorz, un tipo impresionante recientemente suicidado, en un buen sentido del suicidio.
El tema da para tanto, no?
Saludos!!
PD: me mataron los comentarios, pero lo de "los 60 del siglo pasado me hizo sentir una anciana", je. Un abrazo
La referencia a Holloway (que es sólo el más conocido de un conjunto que incluye a Tischler, Bonefeld, Matamoros y otros) merece algunas pequeñas acotaciones.
En primer lugar, son tributarios de la Escuela de Frankfurt y, particularmente, de Adorno. De él toman la llamada dialéctica negativa, que yo prefieron llamar negación de la dialéctica, puesto que en ella desaparece el movimiento y sólo se reemplaza el signo + por el signo -. La negación del concepto no conduce a su superación (ni a ninguna otra parte), sino sólo a la ambigüedad.
Uno de esos recursos retóricos habituales en Holloway ilustra la alienación del sistema del trabajo asalariado con la noción simplista de las ganas de tirar el despertador a la pared y no ir a trabajar. Esta noción no es utópica, sino ilusoria. La necesidad de trabajar no surge del sistema del salario, sino de la necesidad de producir la vida social. Esta se vuelve imposible si cada uno trabaja o no lo hace según las ganas que tenga y en el momento en que quiera. Seamos breves: pensemos sólo en la necesidad de que la usina eléctrica funcione todo el día, que los subtes corran con alguna regularidad, que los aviones partan y lleguen según normas rígidas, para que no se choquen. Que cada uno trabaje si, cuando y por el lapso que le dé la gana no es anarquía, sino simple y sencillo caos.
El sistema asambleario (al que además se le otorga demasiado crédito y no me hagan mencionar a Appenzell) es de alcance limitado apenas la población supera algunos miles. Forzosamente, debe recurrirse a alguna forma de representación para que el conjunto de asambleas llegue a alguna conclusión práctica y, por lo mismo, es inaplicable el sistema de mandato imperativo, puesto que sólo podría desembocar en vetos mutuos y parálisis total.
La continua referencia que Holloway y sus seguidores hacen al EZLN (zapatismo es algo anterior, superior y espero que posterior a esta organización) empalma con la para mí inexplicable fascinación que el EZLN y su vocero Marcos ejercen sobre muchos militantes e intelectuales. El EZLN, después de varios años de preparación silenciosa, salió a la luz el 1º de enero de 1994, con un programa por demás interesante. Balance de quince años: 1) el EZLN permanece como el primer día confinado a una pequeña región del estado de Chiapas, agrupando a un fracción de la población indígena de dicho estado; 2) su logro más destacado es el del ejercicio de autogobierno de esa población, sin que haya redundado en visibles mejoras concretas de sus condiciones de vida; 3) en dos oportunidades el EZLN intentó ampliar su acción al conjunto de México, en la primera con mucho éxito (la marcha por los derechos indígenas), en la segunda con un estruendoso fracaso (la Otra Campaña). Más allá de los respectivos resultados, los intentos terminaron en un repliegue a la posición inicial, por la ausencia de una orientación política para todos los oprimidos del país; 4) el EZLN y su sucursal La Otra Campaña se mantuvieron vergonzosamente al margen de las dos luchas más importantes y masivas que hubo en México en los últimos años: la campaña contra el fraude y la lucha de Oaxaca.
El talento literario de Marcos no alcanza como taparrabos de estas vergüenzas.
Saludos
Gra: este post fue muy caótico, no? da lugar a confusiones, que como nos enseña miss Panamá (alias la musa), fue creada por Confusio, el chino/japonés muy antiguo...(cuac!).
Sí, entiendo que la discusión del nombre tiene que ver con redefinir la identidad de acuerdo a la nueva situación. El definirse desempleados ya no tiene que ver con su práctica, de ahí la necesidad de cambio. Respecto a las propuestas autonomistas, no me convencen por lo que clarísimamente explica Andrés...
En cuanto a la recuperación del empleo, del salario, los distintos derechos del laburante, me parece que son demandas importantes y muestran cierta recuperación respecto a los años anteriores (ir por más implica que lo básico está medianamente cubierto, no hay pleno empleo pero tampoco tasas del 30/40% de desocupación) En términos duros: si no hay laburantes, cómo vamos a hablar de clase obrera, conciencia de clase y demáis? son categorías vacías! En todo caso, lo que se discute es cómo se reparte la torta, y ahí estaría el límite...Por eso hablo de capitalismo: Acá, y por ahora, no están en discusión las relaciones de producción, la disputa por el poder es por la repartición de un pedazo más grande , no por toda la torta. Que nos conforme ésto es otra cuestión, pero eludir la pelea en pos de mantener la pureza, me suena a tibieza...anque en algunos casos, también a traición,
Ta buena la charla!
Andrés: Chapeau!Si no hubiese estado convencida desde antes, con ésto revoleaba algunos librejos por la ventana. Igual, me cae simpático Marcos y escribe bonito(bueh, sé que no es suficiente). Gracias
Se puso lindo, che.
Es cierto que el trabajo tiene que existir y organizado, claro, pero no necesariamente la relación salarial (a mí me gusta tomar la distinción que hace la nunca bien ponderada Arendt entre labor y trabajo, tomando al 1º como natural -en la identidad particular entre producción y consumo del individuo- y al 2º sí como aquél socialmente producido, organizado, etc., y por lo tanto de una determinada manera "artificial", por decirlo mal y rápido). El capitalismo funciona con trabajo asalariado, pero obviamente esa es una -entre otras- formas de organización del trabajo humano. En otros sistemas el esclavo era el trabajador dominante, o el siervo, o whatever, sumados a otras formas que convivían con ellos.
Lo que quiero decir es que para mí no está bueno que la crítica a estos autores (que tienen el mérito a mi parecer de intentar comprender ese cambio social, de generar debates, de tratar de interpretar las novedades, que las hay, más allá de que lo hayan o no logrado) arrastre rápidamente la necesidad de pensar modos diferentes, novedosos o creativos de organización.
¿Porque cuál es el límite que "está ahí"? ¿El límite de la lucha política? ¿el límite de la imaginación? ¿el límite del análisis político? ¿el límite de que vos o yo o alguien lo piense?
No sé, o límite a qué.
Es un hecho que el trabajo (el trabajo asalariado, más bien, para tomar esta vez a Gorz, o el empleo) ha de escasear a futuro en el mundo (por más que ahora, Laura, haya cierta recuperación acá). Y gente desempleada ahora, es gente pobre, porque la relación dominante es la asalariada y por ese medio se consigue el sustento. Esa gente no vuelve a ocuparse. La acumulación de miseria ampliada, parafresando a Karlitos (y con perdón, como siempre).
Porque digo, los subtes andarán bien (no me hablés que me acuerdo de ayer, je) pero que haya tanta gente sin laburo y tanta miseria habría que ver cómo encaja en esto de una buena organización del trabajo.
Verás que no hablo de ninguna revolución bolchevique, je.
Digo, no se discutirá ningún cambio de las relaciones de producción, mujer. Pero si no vemos que las formas de acumulación cambian...
No hablo de no luchar por las reivindicaciones y es lógico que en el nivel de la lucha política esto sea efectivo y necesario (¡aunque no de la misma manera que hace 40 años!), y sé que en lo concreto lo que se discute es cómo se reparte la torta. Y que hay gobiernos que son más redistribucionistas que otros.
Sólo que me parece que hay situaciones que son nuevas y conviven, que de a poco variados movimientos sociales pasen a tener representación política, que haya habido experiencias distintas de pensar lo político, más allá del fracaso. A lo mejor es sólo eso. O por ahora. Limitados, condicionados, chiquititos, como sea. Pero existen y conviven como nunca antes dentro de este tan deslucido capitalismo.
Me parece que está bueno pensarlo.
Saludos!
A Holloway le pasa como a San Atanasio (Satanasio) que el nombre deja servida la chicana: Hollow Way... (El Camino Hueco).
No tengo dudas de que el capitalismo (y con él la relación salarial) debe desaparecer si la humanidad ha de tener algún futuro.
Pero, como siempre, está más claro lo que es necesario que las formas de alcanzarlo.
La noción que tienen del hacer y del producir los teóricos que he criticado más arriba tiene el defecto de confundir el trabajo alienado en la relación salarial con el trabajo como elemento fundante de la humanización de una especie particular de antropoides, su socialización y su cultura. (Parafraseando a Borges, esta es mi pobre traducción temporal de lo que explica Lukacs en su Ontología del ser social.)
No me parece que el trabajo escasee o que vaya a escasear en el futuro, en el sentido de que necesariamente una gran parte de la humanidad no tenga acceso al trabajo. De hecho, como lo demuestra el intento de alargar la semana laboral en la Unión Europea, el sistema orientado a la ganancia capitalista tiende a producir simultáneamente menos trabajo para unos y más (hasta el agobio) para otros. Una sociedad libre e igualitaria orientada a la satisfacción de las necesidades sociales podría, en el estado actual de desarrollo, asegurar trabajo y más horas libres para todos.
Un problema de los autores citados es que confunden el trabajo necesario con el trabajo en las condiciones de la relación salarial. Lo que equivale a arrojar al niño con el agua sucia de la bañera.
Otro problema es su concepción de la revolución anticapitalista. Para Holloway no se trata de construir un contrapoder, capaz de derrotar a los capitalistas y transformar la sociedad, sino de construir un antipoder dentro del capitalismo. Tal antipoder se negaría a trabajar y obedecer y, cuando alcanzara una extensión suficiente, produciría el derrumbe del capitalismo. De más está decir que este final es inviable, sin una acción coordinada y decidida, lo que implica una organización por encima de los grupos "insumisos", sin la cual éstos serían aplastados o quedarían aislados y finalmente integrados al funcionamiento del capital.
No niego la importancia de conocer esta escuela de pensamiento crítico. Es fácil observar que he dedicado algún tiempo a ese examen. Pero conocer es una cosa y asimilar acríticamente es otra.
Saludos
algunas cosas sueltas, siendo domingo a la tarde: respecto a los "nuevos movimientos sociales" después de haber leído bastante y pensado muy poco, creo
que su emergencia se relaciona con cierta disolución (y desilución) de "el trabajo" como articulador de la identidad. Hace 30 años, la grandes organizaciones políticas se tejían alrededor de la condición de trabajador (tanto sindicatos, básicamente, como partidos políticos) Este era el eje. Desde ahí se posicionaba y se planteaba una estrategia, tanto de expansión de los derechos como de "toma del poder". Al desdibujarse esta identidad, por múltiples factores, la necesidad de posicionarse desde algún lugar fue mutando a distintas "alteridades" (de género, étnicos, etarios, por nombrar algunos) lo que fue visibilizando distintos sujetos, con derechos particulares. En mi opinión, esto, si bien denuncia una situación que merece ser tenida en cuenta, fragmenta a la vez la capacidad de demanda, ya que existen tantas demandas como sujetos colectivos puedan llegar a construírse. También es cierto que muchos de estos movimientos articulan en alguna posición política mayor que los abarque, incorporando sus demandas particulares al discurso político más general, pero no en todos los casos resulta así. Son sólo algunas cuestiones para pensar...
Respecto a los planteos autonómicos, la metáfora que me gusta usar es la del adolescente que se va de la casa, harto de sus padres, pero sigue reclamando plata para pagar el alquiler y para comer. Tanto el MTD como la mayoría de las organizaciones (al menos eacá) que se plantean la construccion autonómica, se niegan, como dice Andrés, a trabajar en relación de dependencia, generando proyectos productivos, incluso, según me enteré esta semana, se están planteando crear formas de educación popular al margen del sistema educativo oficial, salas de salud, y demás. Bárbaro. Pero si el grado de libertad y autonomía es tan fuerte, no entiendo por qué la demanda de subsidios al estado para mantener esos proyectos productivos! (es así como se financian) Los que se iban al bolsón en los 60 y 70, hartos del capitalismo, se la bancaban solitos. La cosa es, si quiero estar al margen de las relaciones del capitalismo, no puedo quedar enganchado por la parte más vil, porque, en todo caso, a la producción de ese dinero que me otorgan como subsidio, no he participado en nada (no hago aportes, no pago impuestos, etc) por lo tanto, no sólo le estoy "sacando" al estado (como gobierno) sino a cada uno de los que conforman ese estado, el resto de los mortales que laburan y se les descuenta parte de su salario.
No sé si soy clara, nuevamente, es pa discutir....
Saludos
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