domingo, 24 de enero de 2010

II. Contextualicemos, decía uno....

UNA CARICATURA DE 1874. El dibujante representó al jinete
Adolfo Alsina llevando las riendas del caballo de Nicolás Avellaneda.
LA GACETA/ARCHIVO
La cosa no venía muy rosa, vamos a decir.
Avellaneda había asumido el 12 de octubre de 1874, casi de casualidad, después de derrotar al mitrismo primero en las urnas (chiquitiiiiitas esas urnas, casi imperceptibles) y luego militarmente en las batallas de La Verde y Santa Rosa. Los liberales del partido Nacionalista no se quedaron tranquilos, y el aire se cortaba con cuchillo.
Roscas por todos lados, cuchicheo "destituyente" en cada esquina, anuncios de revoluciones en los diarios ·"cada establecimiento público, cada café, cada fonda, cada hogar donde los vecinos imperaban o se reunían, eran puntos a propósito para a propósito para recordar´los recientes sucesos, para pensar en nuevos trastornos y expresar la seguridad de un próximo cambio gubernativo" anota Manuel Rocha, Jefe de Policía, en la Memoria del Departamento General de Policía del año 1875.
Terrible crisis económica (coletazo de la europea), caida de los precios de los productos de exportación (no, soja no había todavía), dificultades financieras en los bancos, desaparición del crédito, quiebras, especulación, ruina del comercio (interior) y paralización de las pocas industrias, crispación....
Grandes sectores populares en estado de miseria (como "dato", en 1871, cada habitante de Buenos Aires disponía de $ 1.190, y para 1875, el contante y sonante -promedio, sabemos que algunos bastante más y otros mucho menos- era de $ 875) pintaban un paisaje fulero. Operarios desocupados vagando por las calles, y visitando periódicamente las cárceles bajo el "delito" de vagancia
La corriente migratoria europea que venía desde varios años atrás, alentada por la promesa de la patria bucólica, se seguía concentrando en la provincia de Buenos Aires, lejos de encontrar el paraíso en las provincias del interior, por la inexistencia de políticas de reglamentación de tierras públicas y colonización, engrosando la marea de pobres y desocupados...algunos decidían volver a su tierra, otros no se resignaban, o no tenían cómo....
Así las cosas, varios grupetes se reunían a discutir, planear, patalear....
En el mes de febrero de 1875, y a partir de una modificación parroquial , a partir de la cual se les "devolvía" a los jesuitas las iglesias del sur de la ciudad, fundamentalmente la Iglesia del Salvador, saltaron a la yugular varios actores: los diarios opositores publicaban largas proclamas acusando a los jesuitas de haber ensangrentado el suelo de las Misiones y la Colonia del sacramento, mereciendo la expulsión a la que los habían condenado; los distintos grupos masones protestaban, se reunían, agitaban; los vecinos elevaron una protesta al Gobierno de la Provincia, repudiando a los jesuitas, acusándolos de querer apoderarse a su manera de la provincia, y los estudiantes se reunían en asambleas (o algo así).
Monseñor Aneiros, desde el Arzobispado (que había participado de la movida de Avellaneda) salió a defender la medida, y ahí se pudrió todo...
Los estudiantes agrupados en el "Club Universitario" convocaron a un acto de protesta en el Teatro Variedades para el domingo 28 de febrero.La concurrencia era más que numerosa, y había gran cantidad de extranjeros, muchos italianos y españoles, los distintos partídos políticos también asistieron, todos con bandera, gorra y vincha, y al terminar el acto, después de caldearse bien el ambiente, salieron como locos a la calle, llegaron al Arzobispado, buscando a Aneiros, que se había rajado previamente, patearon puertas, rompieron algunas ostias y se dirigieron al Colegio del Salvador, saqueándolo e incendiándolo después, obligando a los jesuitas a huir, pero no sin darles antes algunos palazos.
Al día siguiente, todo era lamento y pedido de disculpas, proclamas despegándose de los hechos, condenando la violencia, repitiendo hasta el infinito "qué barbaridad"
Los diarios El Nacional y La Tribuna, que en los días previos habían preparado el carbón, la parrilla y los chinchulines, repudiaban con letras chorreadas la babarie.
El gobierno nacional la hizo corta: Estado de sitio.
Empezaron las sospechas y persecuciones a los distintos grupos: Son los extranjeros!!! El periódico El Nacional, abiertamente señaló a a los miembros de un club de La Boca, fundado recientemente por un grupo de jóvenes, con el nombre "El progreso", catalogándolos de carbonarios, asignándoles origen calabrés o toscano, y achacándoles terribles crímenes (amén de los del Colegio del Salvador)
El diario La Nación (mitrista, of course....alguien lo duda?) defendió a los extranjeros, teniendo en cuenta que habían participado activamente en el "aguante" a Mitre, y pidiendo que se hagan las investigaciones pertinentes.
Resultado de la investigación: se descubre una sociedad secreta, vinculada a la Internacional, integrada sólo por extranjeros (inicialmente integrada por franceses emigrados después de la guerra franco-prusiana, fundaron el efímero periódico "El Trabajador", se reunían en una cancha de pelota y en un principio no estaban vinculados al socialismo mundial, pero a partir de 1873, esta sociedad se asumía abiertamente comunista) que se reunían bajo el principio de que todo gobierno debía ser emanación de los trabajadores, se debía trabajar para la construcción de una nueva Internacional y para luchar contra toda tiranía (económica, religiosa o política)
Después de descubierta esta sociedad, detuvieron a 11 miembros y empezaron las persecutas.
No obstante, no se podía eludir que el fundamento para el agite era la situación económica. Ese era el verdadero caldo de cultivo....

Seguiremos, dijo Remos

6 comentarios:

Ulschmidt dijo...

Maravillosa descripción del cuadro, Laura. Eduardo Ladislao no lo hubiera pintado mejor...

Ulschmidt dijo...

Maravillosa descripción del cuadro, Laura. Eduardo Ladislao no lo hubiera pintado mejor...

Ulschmidt dijo...

tanto tanto que se lo digo dos veces!

mariajesusparadela dijo...

Siempre la culpa está en lo mismo. Pero seguiremos sin aprender.
¿Para cuando la devolución de lo esquilmado y la ayuda a los pueblos en origen?...mientras no sea así, habrá emigración, desgarro y desarraigo.
Y , si nada tengo, tanto me da perder.
El olvido de la historia nos hace repetirla...

(por eso me encanta que me la cuentes, la historia de ahí es la historia de aquí y de allá, la del mundo:solo cambian los nombres)

Laura dijo...

Don U: me puse colorada al cubo!
María Jesús: sin dudas nuestras historias están ligadas desde hace siglos. Y como decís, la emigración forzada (por cuestiones económicas y políticas)debe ser una de las pestes más tristes que sufren nuestros pueblos. Pero sin memoria, estamos condenados a repetir los errores.
Y me encanta que estés siempre ahí. Gracias

rene orlando dijo...

Muy interesante Laura. Vamos, no nos deje con las ganas y siga con la historia. Saludos!