jueves, 8 de abril de 2010

No pasarán


La Guera Civil Española sigue siendo una herida sangrante.

Los crímenes del fascismo siguen impunes.

Nuevamente España necesita de la solidaridad internacional.

Como en el 36, cuando miles de brigadistas del mundo acudieron a poner el cuerpo, a estar, a dar la vida, en uno de los actos más humanos y heroicos del siglo XX.

Ahora, los familiares de las víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, luego de ver paralizada su causa en la Audiencia Nacional y procesado el juez Baltasar Garzón por prevaricato, intentarán pedir justicia en Argentina y posiblemente, el próximo miércoles 14 presenten la querella en los juzgados federales de Buenos Aires por genocidio y crímenes contra la humanidad, basándose en el principio reconocido en la Constitución Argentina de la jurisdicción universal para juzgar a los culpables de crímenes de lesa humanidad.

La querella abarca el periodo comprendido entre la Guerra Civil y el último día de la dictadura de Franco. De ser admitida, los querellantes solicitarán un listado completo de todos los dirigentes de Falange, de la Guardia Civil, del Ejército y los Gobiernos franquistas vivos. Además, pedirían el censo de víctimas y desaparecidos, el mapa de las fosas comunes halladas en España y toda la documentación recabada por el juez Baltasar Garzón cuando decidió investigar estos crímenes

Carlos Slepoy es el abogado argentino que representará a los colectivos de familiares de los 113.000 desaparecidos registrados en España "El objetivo es evitar que esos crímenes queden impunes".

Se partirá del caso particular Severino Rivas, alcalde socialista fusiliado en 1936 en Lugo, iniciado por su hijo Darío Rivas, para tratar de demostrar que el franquismo ejecutó un plan sistemático que puede ser definido como genocidio "político, social y cultural", teniendo como base los juicios que se están llevando en este país contra los militares de la última dictadura. Partiendo de este caso, se espera que se vayan sumando otros familiares de víctimas de la Guerra Civil y del franquismo, hijos de exiliados, que viven en Argentina. Además, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y las Abuelas de la Plaza de Mayo, entre otras asociaciones de Derechos Humanos, acompañarán la presentación.

Independientemente de que la causa prospere, de manera personal, siento una gran alegría, como muchos argentinos, que esto esté sucediendo. Primero, por lo que dije al comienzo del post. Los crímenes del franquismo nos duelen, nos avergüenzan a la humanidad toda, y no deben quedar impunes.


En segundo lugar, porque me honra que esta presentación sea posible acá. Algo bueno hemos logrado, después de tantos años de exigir JUICIO Y CASTIGO PARA TODOS LOS GENOCIDAS. Y si este gobierno ha llevado adelante una política de Derechos Humanos que lo hace realmente posible, debemos sentirnos orgullosos, no?






5 comentarios:

Paluchax dijo...

Si bien el tema es triste, queda la alegría de poder reponerse al reconstruir la historia.
Y por supuesto habrá quienes todavía se fijen en ¨las formas soberbias¨de este gobierno en vez de darle importancia a lo que verdaderamente la tiene. Con esta noticia el mundo no está pendiente de Cristina hablando de la carne de cerdo(que segun muchos fue una vergüenza).
Besos

ARO dijo...

Las víctimas merecen justicia, sin desenterrar hachas de rencor, pero poniendo a cada uno en el lugar que le toca.

mariajesusparadela dijo...

Vosotros orgullosos, nosotros (la mayoría de los españoles), agradecidos

G dijo...

Las dos Españas, de nuevo, una pensando (como suelen decir demasiados españoles) que España tuvo una "transición ejemplar" (sic). La otra, de este lado, buscando justicia, comprendiendo que sin ella la idea de democracia carece de sentido. Acá también cuesta, pero la memoria se obcecó (qué rara suena esa palabra, je) más quizás por la propia obcecación de las madres y abuelas.
Hay un documental, que te recomiendo (hablando del tema, no tiene que ver con Garzón pero me acordé porque me pegó mucho): Los niños perdidos del franquismo, de Montse Armengou, que relata una historia tan cruda como la nuestra. Una podría pensar: "¿cómo sería posible olvidar algo que continúa sucediendo?"
Un abrazo, Laura.

vodka dijo...

cuando querra el dios del cielo que la tortilla se vuelva?