Escena 1: Bar universitario, quince minutos multitudinarios entre cursadas, cientos de estudiantes, docentes, vecinos que pasan y ven luz haciendo cola por un café . Llega el camionero de la coca, con un carro repleto de cajones, mucha botella, mucha fuerza, mucha gente, poco tiempo. Pide permiso, grita permiso. Los estudiantes se corren, se malhumoran porque les interrumpen la charla entre pares. El de los cajones pasa. Tiene un chaleco, con una inscripción en la espalda: Sindicato de camioneros. Moyano conducción” Los muchachitos empiezan a comentar, entre risas. Uno, el más jocoso, el más osado, el de los anteojos con más marca le grita : “Qué buen chaleco. Te lo compro. Cuánto me lo cobrás” ante el asombro de sus compañeros. El camionero se da vuelta, lo mira de arriba abajo. Tienen la misma edad, la misma impertinencia, el mismo orgullo: “Este no se compra, pendejo, se gana laburando” y se va.
En el norte, en Salta, a la los universitarios los llaman academicos, así, sin acento. La esdrújula que se agrava no es sólo un tema de acentuación, sino de sentido. Suena a aca de mico, caca de mono
Escena 2- mayo/junio 2001: entrevistas a chicos en situación de calle (eufemismo academicista y avergonzado por chicos que trabajan en la calle).Muchos cacas de mono (esa era la sensación) en las calles de Buenos Aires, trabajando para un programa que intentaba establecer un diagnóstico, un mapa de la pobreza. El diagnóstico anticipado era “estado de coma, con daño irreversible”, mientras el presidente dormía el sueño de los injustos
A estos chicos que pedían, que vendían estampitas, que abrían puertas de autos, se los entrevistaba, se los censaba. Doble humillación, para los chicos y para los entrevistadores, ante las preguntas.
“Qué querés ser cuando seas grande?” Pregunta hijadeputa para un chico que labura en la calle Corrientes, con 5 años de edad. Pregunta hijadeputa para quien la tiene que hacer (“De esa manera podemos rastrear percepciones, cómo se proyectan estos chicos, cuáles son sus aspiraciones” nos decían. Y sabíamos que su proyección era llegar a la semana que viene, su aspiración comer algo más que mate cocido y pan.)
-“Quiero ser jefa (o jefe) de hogar” Esta respuesta se repitió en muchos casos, demasiados casos
-Por?
-“Para recibir un plan….”
Esas eran sus aspiraciones. Las aspiraciones se construyen con lo conocido. Nadie puede aspirar a ser meteorólogo, si no conoce la meteorología. Chicos de familias con tres generaciones viviendo en una misma casa, tres generaciones de hombres desocupados, abatidos, deshonrados por muchos años , mujeres que paraban la olla trabajando de lo que sea, completando con un miserable plan y sus hijos ayudando como podían, “vendiendo” estampitas., qué idea de trabajo podían tener?
Hoy sigue habiendo chicos en la calle, pero también hay quienes ya no lo hacen, porque sus padres tienen algún trabajo. Y se sienten mejor.
En el norte, en Salta, a la los universitarios los llaman academicos, así, sin acento. La esdrújula que se agrava no es sólo un tema de acentuación, sino de sentido. Suena a aca de mico, caca de mono
Escena 2- mayo/junio 2001: entrevistas a chicos en situación de calle (eufemismo academicista y avergonzado por chicos que trabajan en la calle).Muchos cacas de mono (esa era la sensación) en las calles de Buenos Aires, trabajando para un programa que intentaba establecer un diagnóstico, un mapa de la pobreza. El diagnóstico anticipado era “estado de coma, con daño irreversible”, mientras el presidente dormía el sueño de los injustos
A estos chicos que pedían, que vendían estampitas, que abrían puertas de autos, se los entrevistaba, se los censaba. Doble humillación, para los chicos y para los entrevistadores, ante las preguntas.
“Qué querés ser cuando seas grande?” Pregunta hijadeputa para un chico que labura en la calle Corrientes, con 5 años de edad. Pregunta hijadeputa para quien la tiene que hacer (“De esa manera podemos rastrear percepciones, cómo se proyectan estos chicos, cuáles son sus aspiraciones” nos decían. Y sabíamos que su proyección era llegar a la semana que viene, su aspiración comer algo más que mate cocido y pan.)
-“Quiero ser jefa (o jefe) de hogar” Esta respuesta se repitió en muchos casos, demasiados casos
-Por?
-“Para recibir un plan….”
Esas eran sus aspiraciones. Las aspiraciones se construyen con lo conocido. Nadie puede aspirar a ser meteorólogo, si no conoce la meteorología. Chicos de familias con tres generaciones viviendo en una misma casa, tres generaciones de hombres desocupados, abatidos, deshonrados por muchos años , mujeres que paraban la olla trabajando de lo que sea, completando con un miserable plan y sus hijos ayudando como podían, “vendiendo” estampitas., qué idea de trabajo podían tener?
Hoy sigue habiendo chicos en la calle, pero también hay quienes ya no lo hacen, porque sus padres tienen algún trabajo. Y se sienten mejor.
Porque el trabajo dignifica, decía Juan.
El trabajo nos hace humanos, decía Carlitos.
Y algo de esto hay
Feliz 1ero de mayo
8 comentarios:
Aplausos !
estuvo muy bien con esto. La segunda parte, sobre todo, me impresionó mucho.
Muy emotivo y conmovedor. Estaba leyéndolo, tomando mate tranquilo, y me descolocó. La verdad, gracias.
Después de contarle a Picasso toda nuestra charla entro aquí y prácticamente la leo, que placer!!!
Don U: Gracias. Tal vez alguna vez cuente alguna de esas historias. Y sí es bastante impresionante
Cine: Perdón, no era la intención, el mate no se mancha!
Gelfo: te avisé que de eso escribiría, y la charla me sirvió para acomodar ideas. Saludos a Picasso.
muy bueno Laura
Me recuerda un viejo pensamiento sobre la mutación de lo que se puede sentir por el trabajo según las circunstancias.
Bíblicamente nos inculcaron que nos ganaremos el pan con el sudor de la frente. Este "trabajo" como castigo conspira con la noción de dignidad, contra el trabajo como valor positivo. Ni le digo si uno tiene la dicha de disfrutar de su trabajo!
Saludos
Ud escribe de vez en cuando y siempre corazón en mano... Saludos!
Eva: Gracias, usted anda medio vaga también, no?
Pensa, usted me desorienta, vea.Y le digo lo mismo que a Eva, a ver si se escribe algo!
Pero además, me gustó esto que plantea del trabajo. El trabajo, para el cristianismo, es casi como un castigo, un deber para poder sobrevivir, pero a la vez, el trabajo es "solo" para ganar el pan, la acumulación no está tan bien vista... (para la gente común, claro). Acerca de la necesidad de la reforma protestante, por el proceso de acumulación de riquezas ya escribieron muchos, Weber entre los muchos, pero seguimos en ese plano del trabajo como actividad para honrar a dios y esas cosas...
Por otra parte, poder trabajar de lo que a uno le gusta y poder vivir además de esto es maravilloso, y no siempre pasa. Es más, en la mayoría de los casos no pasa; pero, tener trabajo es mejor, más digno, más humano que no tenerlo; y reivindicar y luchar por tener mejores condiciones, menos horas, más salario, mas beneficios, más capacitación, etc, etc, es un deber.
Don René: se hace lo que se puede...Y usted, cuándo se larga? Vamos, está bueno, es inocuo pero trae satisfacciones, se hace cuando se quiere o se puede...
Saludos
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