jueves, 19 de marzo de 2009

Efemérides

No se ahora pero antes el Manual de Historia Nacional dedicaba unas frases a los pobladores precolombinos, dos páginas a Colón y los Reyes Católicos, una a Hernán Cortés y Francisco Pizarro y los aztecas y los incas; una al explorador-que-llegó-a-estas-tierras (Solís para los rioplatenes, Valdivia para los chilenos, Irala para los paraguayos), fundación de ciudades, rápida descriptiva de tres siglos de vida colonial (las negras iban a lavar la ropa al río, los gauchos cazaban vacas, le comían la lengua y dejaban el resto) y al fin llegaba el año 1810 donde cada gesto, cada frase, cada declaracion y cada combate donde no pelearon más de cien hombres - como San Lorenzo - se convertía en una Epopeya que llenaba mitad del libro.
De ahí la suposición de que la vida colonial fue una siesta sin avatares hasta la Independencia y de que no importe que durante le Guerra del los Siete Años España por ayudar a Francia que luchaba cobtra Inglaterra propusiese atacar a Portugal que era gran aliado de ésta última y de paso quitarle algunas posesiones americanas como la Colonia del Sacramento para lo cual envían a Ceballos que está de gobernador en Buenos Aires.
Y es que ese puerto portugués en mitad del Rio de la Plata a España le caía como un grano en el finis terris. Pero al mismo tiempo Portugal le propone a Inglaterra repartirse el Río de la Plata - la Banda Oriental para los lusitanos, la Occidental para la pérfida Albión - y a la British Esast Indian Company le interesa la idea y fleta unos buques al mando de John Macnamara que cuando llega e intenta enfilar para Buenos Aires - que estaba sin guarnición - no puede porque no encuentra el canal de entrada en ese río lleno de barro y cuando vira para Colonia descubre que Ceballos ya se la sacó a los portugueses.
Entonces, si se hubiera vuelto, no pasaba nada.
Pero ataca para recuperar la ciudad. La breve flota española huya enseguida, la verdad, pero los cañones del fuerte de Colonia mandan a pique su buque y lo ahogan con buena parte de su gente. Unos doscientos nadan hasta la costa pero Ceballos, no muy seguro de su desmoralización, los sigue cañoneando hasta que los reduce a sesenta y los intima a rendirse.
Y ahora sí, seguro de haber eliminado la amenaza naval Ceballos se anima a salir tierra adentro y un día como hoy, 19 de Marzo pero de 1763 marcha hacia al Este y expulsa a los lusitanos hasta más allá de Rio Grande.
Vuelve a España como un Héroe. Convence al Rey de que insistir con el control de América del Sur desde el Pacífico, desde Lima, es suicida cuando la amenaza combinada anglo-portuguesa y sus ahora evidentes ambiciones amenazan desde el Atlántico. Y el Rey se decide: junta la escuálida gobernación bonaerense, la del Paraguay, las misiones jesuíticas, deslinda Cuyo y la Patagonia de Chile, el Norte y la Audiencia de Charcas se la quita al Perú y a todo el lote llama "Virreinato del Rio de la Plata" con cabeza en Baires y lo manda a Ceballos de primer Virrey. El decreto sale en 1777, faltan 30 años de los 300 que estaría España en América para que estalle la guerra de independencia y recién en éste último tramo se crea un importante reino hispano sud atlántico.
El antecedente de la Argentina, que no sería tal si no fuera por la tozudez Ceballos, por el capitán John Macnamara y su audacia piratesca y por las ambiciones de la British East Indian Company que tuvo que consolarse con traficar opio de la India hasta China.

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