domingo, 21 de marzo de 2010

Post de domingo: Personajes de zamba

Como en casi toda su música, Manuel Castilla y el Cuchi Leguizamón “hablan”, en la Zamba de Lozano, de un personaje real.

En la Zamba de Juan panadero, por ejemplo, cuentan la historia de Juan Riera, un español anarquista llegado al terminar la 1era Guerra Mundial, afincado en Salta después de deambular por Tucumán, panadero (entre otros oficios) él, que dejaba la puerta abierta en la panaderìa y unos panes siempre listos para que los pobres pudieran comer (y pasar la noche si era necesario, en el camastro siempre tendido). Consecuente con su ideología, bah....
En La Pomeña, la historia es la de la pastora Eulogia Tapia, a quien los poetas realmente vieron un día recogiendo flores de alfalfa….

A qué viene todo ésto? El otro día, don U posteó música carnotista,. Sin dudas, esta es una versión bastante entrópica de la Zamba de Lozano, pero que no se agrande, también me topé con ésta, que dan ganas de llorar (de risa!) Me lo imagino al Cuchi diciendo alguna broma sobre la abogada cantando zamba…(Demasiado flaca la changuita, muy poco vino encima....). La cosa es que este año se cumplirán 10 años de su muerte, y se espera un tsunami de notas (¿?) recordando al gran músico y compositor. Nobleza (y cariños personales) obligan, me voy adelantando…..

Volviendo a la zamba, el título alude a un hermoso paraje, Lozano, en el Departamento Doctor Manuel Belgrano, de la Provincia de Jujuy, al comienzo de la quebrada que lleva a la Humahuaca ("camino a la Puna me voy a cantar..." ). Y la niña Yolanda, la del ramito de albahaca, era Yolanda Pérez de Carenzo, quien nació el 16 de febrero de 1902 en San Salvador de Jujuy y era hija del comandante Pedro José Pérez, gobernador de Jujuy en dos oportunidades, y de María Teresa Torres Portillo, una mujer boliviana descendiente de los virreyes de Perú.
La niña Yolanda, verdadera señorita de la oligarquía jujeña, parecía destinada a ser una dama de la sociedad, educada, obediente....En su casa natal de Lozano se gestó el Exodo Jujeño y se firmó la paz de la Guerra del Chaco. Un ranchito no era...



Dicen las malas lenguas que Yolanda era gordita y de baja estatura, indiferente a la coquetería, siempre alegre, y se negaba a ser un florero de lujo.....

Estudió música y un día se rajó a Italia, para conocer un poco de mundo. Volvió y fue maestra de escuela en la capital provincial. En el Club Social de San Salvador, se empezó a reunir con otras "damas" formando una especie de avanzada feminista jujeña.

Cuando su amiga Cachorro Alvarez Soto, otra señora casada ella, se enamoró perdidamente del músico Juan Chavero, (conocido después como Atahualpa Yupanqui), ella lo defendió y refugió en su casa, al ser repudiado por la sociedad jujeña, no sólo por transgresor de izquierda, sino por ser un hombre que enamoró a una mujer casada.

En 1936, Yolanda decidió dedicarse a la música, dio una serie de conciertos por Radio Municipal de Buenos Aires , se hizo amiga del compositor Carlos Guastavino, autor de Se equivocó la paloma, y después siguió de gira por Salta, Tucumán, San Juan y Mendoza. Amaba desde siempre la música folclórica, pero también a Beethoven,Chopin y Paderewski.

En Jujuy, se movía con toda libertad (lo que puede resultar un exabrupto para la época). Fue una de las primeras mujeres que manejó un automóvil y fumó cigarrillos públicamente en su provincia. Aprendió de los coyas y aymaras a tocar el charango y la quena, compartía el culto de la Pachamama, y su casa de Lozano empezó a ser una visita obligada para quienes viajaban por la quebrada. En las galerías de la finca, se sentaban a tomar mate, recitar y cantar. No eran pocos ni poco ilustres los visitantes: Pablo Neruda y Gabriela Mistral,

Julio de Caro, Armando Tejada Gómez, el Cuchi Leguizamón, Enrique Mono Villegas, Jaime Dávalos,Conrado Nalé Roxlo y una muchacha tucumana a la que llamaban Mecha y ahora la llamamos Mercedes Sosa. Con el tiempo, la finca de Lozano dejó de ser lugar de paso para convertirse en destino.

Yolanda en su casa la Lozano (de vestido a lunares) al cumplir 50 años, flanqueada por
su esposo -Dr. Carenzo- y Ariel Ramirez; el día en que el Cuchi Leguizamón
(de sombrero en la foto) y Manuel Castilla, le regalan “Zamba de Lozano”.

Cantaron y comieron locro de la niña Yolanda :Jorge Cafrune, los Quilla Huasi, Eduardo Lagos, El Chúcaro y Norma Viola, Rolando Chivo Valladares, el legendario Agustín Lara y el tropical trío Los Panchos y Pedro Vargas. También, Claudio Arrau, Narciso Yepes, el pianista alemán Detlef Kraus y Antonio de Raco. La condición para compartir sus veladas era levantar la guardia contra la soberbia intelectual y evitar de todas formas el aburrimiento. "Más vale un pobre yo que un gran remedo", dicen que decía …


Era muy tierna, amaba la vida, a su marido y a su hijo Carlos Marcelo Carenzo Pérez.

Y "se dejó ir por amor.” Muerto el Dr Carenzo, su esposo, ella no soportó Se murió al poco tiempo, en Córdoba, a los 66 años, mientras visitaba a su amigo, el padre jesuita Osvaldo Pol. "Flaquito, me siento mal", le dijo al cura. " Y el corazón no aguantó más.

En su casa, convertida en Anfiteatro por su hijo, se hacen festivales de música todos los veranos, y cada agosto se celebra la “Serenata de Yolanda”

Dejo dos versiones de la zamba (hay miles!). La primera, mi preferida,, con ruido a púa en un disco de vinilo, interpretada por el Dúo Salteño


La otra, muy bella también, interpretada por Baglieto y Vitale

5 comentarios:

Ulschmidt dijo...

Muy buena historia, Laura! Sabía algo de "la niña Yolanda" pero ni la mitad de todo lo que nos cuenta. Y esa casa en Lozano... como forma parte de alguno de esos recorridos "planificados" por mi para "hacer-alguna-vez" la tenia vista via Internet... ni idea que era de ella justamente.

mariajesusparadela dijo...

La primera también es la que más me gusta, a pesar de que el disco ya tiene algún fallo. Las voces son increíbles, las dos. Y dificilísimas.
Qué hermosura, Laura.
Y la historia preciosa también.

vodka dijo...

me encantan las historias de amor, de gente que trascendio su destino (en este caso de florero de vista) y de gente con poco ego. Hubiera sido lindo ser mosca y estar en esa locreada donde le regalaron a la niña Yolanda la zamba de Lozano!!!
Mujeres argentinas. La niña Yolanda es una estampita laica para que aprendamos.

Cine Braille dijo...

Lindo post, Laura. A vos te puede parecer que todo el mundo debe conocer lo que vos sabés pero no es así, y estas historias de vida hay que contarlas para que no se pierdan. Al menos, que no se pierdan sin lucha.

Anónimo dijo...

la felicito Sra, ni idea de esta Sra, y eso que anduve mucho por ahi, chapeau!

ayj