domingo, 20 de febrero de 2011

Platero es pequeño, peludo, suave…







Usted le tocaría la cara a Carrió?

Le daría un abrazo a Duhalde?

Y una palmada de aliento a Cobos?

Tocar es confiar. Por eso, de sólo pensar un roce inesperado con esta gentuza me enloquece…

Blando, áspero, tibio, rugoso, caliente…

La piel es traicionera, decía en un post anterior. Pero sé, intuitivamente, que no es así. A través de la piel aprehendemos inequívocamente lo que nos rodea. En la piel sentimos el afecto, el rechazo, el miedo. Cuando confiamos, cuando nos conmovemos, cuando queremos, tocamos.

Pararse delante de una pintura que nos estremece y desplegar la mano para tocarla es sólo una misma cosa. Escuchar música y acariciar con la punta de los dedos a nuestro perro, un pañuelo de seda, algo que complete el placer de lo que oímos. Cuando vemos a alguien que admiramos, lo queremos tocar (si lo sabrán los patovicas que rodean a políticos, artistas, blogstars!)

Tocar la cara, sentir la piel de quien amamos nos reconforta, completa la entrega, nos dá confianza. Eso, confianza. Porque la piel nos alerta cuando hay algún peligro. Cuando algo no es bueno. Rocamos a nuestros hijos para saber si tienen fiebre, si están durmiendo tranquilos…

Me pasa que al conocer a algunas personas, siento frío. Aprendí con el tiempo a “escuchar” esta señal. No es racional, para nada, pero es justamente en esa cosa intuitiva, en esa animalidad donde se explican estas señales. Porque ese frío, ese ponerse en tensión, me avisa que algo raro pasa...

Los sentidos nos engañan, decían los racionalistas…Ahá. Y según el servicio meteorológico, sus cálculos físicos y matemáticos, es imposible que haya tormenta, pero los perros aúllan….Aúllan, sancho, es señal de que hay tormenta…. Y al gato se le eriza la piel, el perro se aleja, no soporta la proximidad de los desconocidos…

La piel nos aproxima, sentimos el calor del otro, la tranquilidad, el afecto a través de esa enorme extensión que recubre todo nuestro cuerpo, y que también lo protege Si está para protegernos, cómo no confiar en ella? Cómo desdeñar la alegría que produce el abrazo, la cercanía en una multitud, la mano que se agarra para cruzar la calle, para caminar juntos? La piel se junta con otra piel amiga, se relaja, se estremece, se enternece. La piel recuerda. Pero también se crispa, se endurece, rechaza. Atenti entonces , señores, la piel es sabia, y escucharla, nunca viene mal


6 comentarios:

la mujer pescado dijo...

sabe Laura??? Ayer estuve con un viejo conocido (no puedo decir amigo aunque en un tiempo lo fue) que me hablaba como si yo no estuviera allí, ni su mirada me rozaba Yo sentia que estaba lejos, muy lejos. Es que pasado el tiempo, ya no habia piel.
En cuanto a lo que dice ud. de que la piel no miente, los niños pequeños cuyas madres los rechazan suelen hacer problemas dermatologicos. Y los monos (no se que especie, tanto no se) suelen lamerle los genitales a sus crias, como aceptacion, cosas de la etologia.
Si alguien me quiere que me toque, diria yo, de las millones de maneras que el querer se manifiesta en el toque: la mirada, el abrazo, el apreton de manos, la caricia, el golpe en la espalda.
somos piel.

mariajesusparadela dijo...

Ati, Laura, querida, pasaría yo lasmanos por la cara.
Te enlazo. (También con un abrazo, te enlazo)

felicitat dijo...

Una entrada bien sensible Laura! Es verdaderamente real eso que expone usted. Un gran abrazo! Besos.

Carmela dijo...

Qué trio!Asustan los tres.
Recuerdo al del medio ( ni lo quiero nombrar...): cuando implementó el " presentismo" y desencadenó la alienación en docentes con dos y tres cargos.Siempre que lo veo recuerdo aquel manejo perverso.Pasó tanto tiempooooo?
La piel es sabia .Verdad.Pero temo que la gente olvide y tropiece otra vez con la misma piedra.
Espero que no.
Tres tristes y peligrosas piedras pusiste.
Prefiero a Platero.
Abrazo.

ARO dijo...

El tacto, el contacto, expresa afecto. Y hay gente a la que ciertamente repugna tocar.

yraya dijo...

Se puede tocar de tantas maneras.
Saludos