martes, 18 de mayo de 2010

LOS DESCAMISADOS- Eduardo Wilde

("La República", 12 de abril de 1874)

La prensa mitrista llama "descamisados" a todos los que no son partidarios de su ídolo. Esa prensa podrá reconocer la pobreza de los individuos que insulta, que son argentinos, que tienen derecho a participar de las conmociones de su patria y a concurrir para la formación de sus poderes. Pero si los individuos del pueblo que van a dar en tierra con el poder y con la influencia del caudillo y la aristocracia son descamisados, ¿quién les habrá robado la camisa? ¿Por qué, siendo argentinos, se encuentran desheredados en su propia Patria?. Los que ahora nos insultan llamándonos descamisados, quizás viven en suntuosos palacios o en casas regaladas que se compran con el dinero que se cercenó a nuestro salario. Quizá los que después de habernos desnudado se ríen de nuestra desnudez, se visten lujosamente con el dinero que la Nación había destinado para que fuéramos bien alimentados en las campañas, y para que no entráramos hambrientos a las batallas, donde debíamos llenar los deberes del soldado para sostener la grande y ruinosa política. Quizás los que insultan a los pobres trabajadores del pueblos señalándoles su miseria, han conseguido conducirlos a ella, destruyéndoles su familia al arrebatar del hogar al que la mantenía; quizá el descamisado que recorre las pulperías consumiendo lo que gana en el día es conducido a la abyección y a la miseria por los que le hicieron abandonar a sus hijos y a .su esposa imponiéndoles la ración de hambre y desolación que quita todo los encantos de la vida.

Si los descamisados hablaran, cuántos opulentos nos señalarían que ostentan su lujo en cambio de la desnudez que procuraron.

Los descamisados no son mitristas. Los mitristas tienen camisa, casa, alimentos y dinero. ¿Es acaso porque trabajan más o porque no tienen vicios?.

No, ellos son también los descamisados de la víspera que el oro de los proveedores ha vestido. Ellos son los individuos del pueblo que gozan de un sueldo mensual salido ya sabemos de dónde y que se les paga por ser mitristas, por sostener a Mitre, por votar por él, por elevarlo, por servir a la empresa que quiere hacer de ‚él un presidente que sangre de nuevo al pueblo para convertir sus adeptos en millonarios.

Ellos son también los descamisados de la víspera que tomarán una profesión lucrativa: la de ser mitristas.

Si no se escondiera en cada uno de nuestros descamisados un tesoro de abnegación y de virtudes, ellos no sufrirían la vergüenza de oír insultar su miseria.

Nuestros descamisados saben dónde se encuentran las camisas que harían bien a su cuerpo.

Preferimos nuestros descamisados que la abnegación arrastra, a sus compañeros de la víspera vestidos hoy gracias al oro de !os empresarios de candidaturas.

Los descamisados que no se procuran camisas a cambio de su conciencia, irán hoy a los atrios con su pecho descubierto a dar su voto por los electores que han de elegir un presidente que no haga guerras, que no haga surgir como nuevas industrias las proveedurías y que no persiga los derechos de las provincias.

Nuestros descamisados expondrán hoy sus pechos descubiertos a las balas de los revólveres lujosos y a los filos de los puñales con que la plutocracia de Buenos Aires ha amado a sus afiliados. Esos descamisados que volvieron desnudos de los campos de batalla en que quedaron muchos de sus compañeros, enseñarán hoy a los insultadores y a su jefe indolente que están dispuestos mantener sus derechos y a conseguir que su voluntad soberana impere, porque son ellos, los descamisados, los miserables, a quienes queda como única fortuna su conciencia, los que forman el pueblo, la mayoría que arrastra una vida precaria en las ciudades, siendo siempre la primera en los sacrificios y en los gloriosos combates.

Recogemos el nombre o el apodo con que se pretende injuriar a los partidarios de nuestras ideas y nos lo apropiamos con orgullo. Somos los descamisados, no traficamos con nuestra conciencia, pero el sol que lucirá hoy no se ocultará en el horizonte sin presenciar nuestra victoria democrática, y los que pretenden insultar la miseria y la inquebrantable firmeza de los que no están con ellos, tendrán que estampar en sus periódicos esta consoladora noticia: ¡los descamisados han triunfado!

4 comentarios:

El Canilla dijo...

Los fantasmas en La Nacion-tribuna de doctrina- estan que arden. Sin embargo mal que nos pese, los descamisados no triunfaron

Rafa dijo...

Laura:
¡Qué buen hallazgo! Se podría agregar que la "prensa mitrista" era justamente y ante todo LN, que había sido fundada por Bartolo en 1870. Y ya que Wilde se refiere al "oro de los proveedores", te dejo este post que tiene que ver con el asunto.

Un beso grande.

Laura dijo...

Canilla: Ya triunfarán, no lo dudamos, no?
Rafa: Leyendo tu post se me ocurre pensar: Mitre, Bember, fueron PRO-hombres de la patria, no?
Hace poquito publiqué otra perlita de Wilde, contra el diario de Bartolo, escrita en 1885. Te va a gustar.
http://lainsoportablefinituddelvermicelli.blogspot.com/2010/05/el-diario-la-nacion-en-campana-de.html

Un beso

Rafa dijo...

Exacto Laura, y los PRO-hombres de hoy día ya me tienen harto...

Muy bueno el otro texto de Wilde que posteaste. "Ahí continúan atados a una tradición hombres de verdadero talento, que no se atreven siquiera a hacer lo que les manda su conciencia y lo que les dicta su convicción." Parece escrito hoy.

Otro beso.