Qué ves cuando me ves?

En medio de una multitud, uno ve, distingue a los conocidos. Selecciona una parte y el resto es escenario. Miramos recortando. Miramos a través de los ojos, pero también con nuestra historia, nuestros sentimientos, nuestras convicciones. Por eso vemos el bosque, pero también el árbol, porque lo reconocemos, porque lo elegimos entre tanto verde .
Cada uno “mira” distinto, pero hay miradas que conectan, que nos vuelven parte de una bandada, de un cardúmen, de un grupo.
Y con mirada, no sólo hablamos del acto físico de registrar imágenes en nuestra retina. La mirada es más amplia, miramos el mundo, imaginamos, concebimos, recordamos desde esa mirada.
Y la mirada de mujer es distinta a la masculina. Esa mirada que recorre la historia de manera más silenciosa, silenciada muchas veces, pero siempre está.
Leyendo a Juana Manuela Gorriti, por ejemplo, uno puede recostruir parte de esa mirada de las mujeres de la Independencia. Y se convence de que no eran ciegas, ni invisibles, y que tenían la entereza, el coraje y la sensibilidad necesarios para complementar a esos hombres. Eso, de complementos se trata. Y con Juana Manuela, a través de ella, miramos ese trozo de la historia de una manera tan particular, que nos es imposible no componer la imagen que nos está relatando. Uno lee y “ve” el cuadro. Esos cuadros que retratan un momento, una cara, un paisaje, y que pasan a ser, desde ese momento, la primera idea que uno tiene sobre eso retratado.
Encontré un cuadro sobre la muerte de Martín Miguel de Güemes, y algunas historias sobre esa muerte. Datos, nombres, imprecisiones, controversias. Ese Güemes poco estudiado, silenciado, ocultado. Ese Güemes retobón, corajudo que incomodaba a los “doctores” tanto como a los españoles a los que combatía, sorprendía, enloquecía. (a mis amigos españoles, sólo les digo que hablamos de nuestra historia, sé que entenderán….)
Aquí, el cuadro, cuyo autor no pude encontrar, y algunos datos de la historia de historiadores.

En el otro post, el relato de la Gorriti, que como hija del Coronel José Ignacio Gorriti, viviendo en la estancia Miraflores de Salta, fue espectadora y partícipe de la gesta de “Los Infernalesl”
Es curioso: a pesar de ser la primer novelista argentina, y la más importante escritora del siglo XIX, cuyo relatos recorren gran parte de la política y los personajes, el único libro subido a Internet es “Cocina ecléctica”, libro que recomiendo, por supuesto, ya que también es una mirada sobre los sabores, los tiempos (3 días para preparar una comida!) y algunos ingredientes que se han perdido en el olvido , pero, no deja de asombrar!
Algunos relatos cortos, relatos fantásticos, y sobrenaturales, y miradas siempre atravesadas por la política (y el género, of course) sólo se leen por casualidad, o no se leen, Una pena. Intentaremos, entonces, devolver sus imágenes.